28 de diciembre de 2007
De Quincey XXI
Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación, por dejar las cosas para el día siguiente y por no pagar canon cada vez que se silba una tonadilla. Una vez que empieza uno a deslizarse cuesta abajo ya no sabe dónde podrá detenerse.
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2 comentarios:
Al fin y al cabo la miseria de este mundo no la hace el asesino sino los millones de pequeñas infamias, ruindades y perfidias.
Puedo aceptar que la humanidad alumbre a un determinado número de asesinos, me cuesta digerir que la mayoría de los hombres son escoria.
Tienes mucha razón, la gente pasa de todo, de una cosa pasa a otra peor y todo asi en un circulo vicioso de vicios y fobias. saludos
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