19 de agosto de 2008
La espada y la pared III
El héroe pensó "No hay salida, estoy entre la espada y la pared". Iba a morir. Tal como dicen que sucede, la vida entera discurrió ante sus ojos: su infancia, los amores, las batallas, hasta el preciso instante en que se dio cuenta de que iba a morir. Pensó "No hay salida, estoy entre la espada y la pared". Tal como dicen que sucede, la vida entera discurrió ante sus ojos: su infancia, los amores, las batallas, hasta el preciso instante en que se dio cuenta de que iba a morir. Pensó "No hay salida, estoy entre la espada y la pared". Tal como dicen que sucede, la vida entera discurrió...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Licencia
2 comentarios:
Hola… Vengo de visita de domingo a tu casa, a cenar tus "sushi" palabras. Es un placer estar en tu casa, de veras. Y rebuscar entre tus archivos.
Gracias por leer “Amanece púrpura” y por formar parte de esta historia de lectores y escrituras. No sabes cómo agradezco tu entusiasmo y entrega en este proyecto de palabras, tus comentarios que hacen posible que continúe esta feliz tarea de escribir no sólo para mí sino sobre todo para vuestros ojos e imaginación. Anoche edité la segunda parte que faltaba del segundo capítulo. Espero, deseo, que te guste… que renueves nuestro pacto. Saludos.
El mejor de los tres de la serie, para mí... Genial :)
¡Un saludo!
Publicar un comentario